Por Aurora López I.
Es admirable la forma en que los seres humanos podemos sobreponernos a la tristeza, el amor a la vida tiene una fuerza asombrosa y nos ayuda a seguir adelante.
Decíamos ayer que hay una tristeza que es positiva porque te ayuda a comprender muchas cosas y a buscar soluciones. El solo hecho de estar tristes no es nada agradable en sí, ni te parecerá positivo, pero en ocasiones lo es.
La tristeza que viene por situaciones que están fuera de tu alcance solucionar son el verdadero problema, y la actitud que tomes ante estas puede hacer una gran diferencia en tu vida. Pues la tristeza, tanto como la ira, si no se solucionan a tiempo, se convierten en problemas de personalidad, en rasgos de carácter que te dañarán mucho y se apoderarán de tu vida en forma quizá imperceptible para ti, pero muy notoria para los que te rodean, estos rasgos son amargura, rencor, pesimismo, desconfianza, celos, y uno que según mi opinión, es de los más difíciles y dañinos, el cinismo.
La vida es muy breve y es un regalo tan valioso que vale la pena esforzarse por vivirla libre de todo este lastre de sentimientos. ¿Cómo hacerlo, sí las cosas que duelen y entristecen parecen imposibles de superar?, ¿Si el enojo parece una energía venenosa que hay que liberar?
Aunque la mayoría de ustedes son demasiado jóvenes, vale la pena reflexionar acerca de este tema que espero te aporte elementos para manejar la tristeza y el enojo con inteligencia y madurez.
Piensa en la siguiente frase del gran escritor Irlandés George Bernard Shaw:
«SI NO HUBIERA NADA MALO EN EL MUNDO , NOSOTROS NO TENDRIAMOS NADA QUE HACER«