Por Aurora López I.
Una de las cosas acerca de las que no quisiera hablar es de la tristeza, pero hoy lo voy a hacer porque a veces es esta la que constituye un gran obstáculo para llevar a cabo las cosas que planeamos y anhelamos.
¿Quién no ha pasado por un día gris en que parece que todo estuvo en su contra? Sería necio pretender que todos los días estamos llenos de optimismo, pero como hemos dicho en otras ocasiones, aún de la tristeza podemos obtener una enseñanza y una motivación para seguir adelante y cumplir las metas que nos hemos trazado en la vida.
Creo que a nadie nos gusta estar tristes, la tristeza es sinónimo de dolor, solo que el dolor no es físico sino moral, pero no es nada agradable y nos llena de pensamientos negativos. Necesitamos de una gran fortaleza interior para superarla porque si no se convierte en otro tipo de sentimientos que a veces son peores y afectan no solo una persona sino a todos los que le rodean. Vale la pena mencionar unas cuantas cosas que pueden ayudar a recuperarte cuando te sientas así.
Por ahora, solo quiero insistir en esta afirmación: Hay cierta tristeza que te hará bien, por ejemplo cuando te das cuenta que cometiste un error, o hiciste o dijiste algo que te dañó a ti y a otros, y no te gusta la sensación de culpabilidad. Esto es bueno porque tú tienes la solución en tus manos.
Aunque este es un tema extenso y delicado, te recomiendo que sigas poniendo atención en las próximas reflexiones. Estoy segura que te harán bien.
«LAS PAREDES QUE CONSTRUIMOS A NUESTRO ALREDEDOR PARA MANTENERNOS ALEJADOS DE LA TRISTEZA, TAMBIEN NOS MANTIENEN ALEJADOS DE LA ALEGRIA» ~JimRohn~